Serie Cuidados del Cabello. Entrega nº 1.



Nº1. Socorro...¿qué me pongo en mi pelo?

Averiguando que son las siliconas, los parabenos y los sulfatos en nuestro cabellos

Parezco una leona electrificada. Mi pelo ahora es del todo menos suave y sedoso, como la gigantesca publicidad que nos invade, recomienda y promete dejar nuestros cabellos, si usamos sus productos.
 ¡Oíd ¡Si prestáis algo de atención, mi pelo habla. Hace frizzz, frizzz… chirria como una puerta mal engrasada. Pero… ¿sabéis? ¡¡¡Estoy contenta!!!
 Y  si, impacientes, sí; Os explico con todo detalle el porqué.

De esto no hace mucho. De pronto, ocurrió que comencé a escuchar un montón de opiniones dispares, confusas y negativas, sobre los productos de higiene y cuidado capilar que disponibles en el mercado. Cientos de marcas, variantes, promesas y botecitos de colores que perdían credibilidad ante mí, a pasos agigantados.  Prácticamente no se salvaba ninguno. El problema del que se hablaba sin cesar, era que casi todos contenían algo; un componente, dos, tres o más,  que, si no  resultaban nocivos o dañinos, desde luego no eran unos componentes recomendables para nuestro pelo. Me propuse, cual sabueso intrépido,  averiguar cuáles eran esos productos que contenían geles, champús, mascarillas y acondicionadores, y, que tanto revuelo estaban armando.

Hallé  tres importantes.
Siliconas, Parabenos y Sulfatos.

(También encontré para mi desgracia, otros ingredientes que no me gustaron un pelo. Os los mencionaré aunque nos vamos a dedicar en esta ocasión a comentar los que conciernen al cuidado del cabello).

El producto capilar que no los contuviese seria el ganador.

Aquí es donde comenzaron mis quebraderos de cabeza. Resultó que la tarea de averiguar qué era cada cosa, fue algo farragosos, pues había definiciones y opiniones para todos los gustos y colores. Además, los productos que las gurús de moda y belleza aconsejaban como buenos, pertenecían  en casi todos los casos, a marcas desconocidas, de difícil adquisición, y bastante caras. Y, por último, pero no menos latoso,  me costó y me cuesta, encontrar un producto que carezca de esos tres componentes al mismo tiempo. Algunos, como mucho, eliminan dos de ellos, pero casi siempre contienen uno que, suele ser los  los sulfatos.

Creo firmemente por tanto, que, después de mi ardua investigación, y de mi cátedra en productos capilares, seria de muy mal gusto y de un egoísmo atroz, no compartir mi basta sapiencia con todos ustedes. Así que haciendo  gala de una generosidad desconocida hasta el momento, me dispongo a ilustrarles sobre el origen de estos productos malignos, descifrarles que son en realidad, donde se encuentran y, ayudarles y orientarles a que,  si deciden optar por  recorrer el  largo y tortuoso camino  de encontrar productos capilares que no contengan siliconas, ni parabenos ni sulfatos,  puedan detectarlos con relativa facilidad.

Atentos, y atentas, que comenzamos.

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