Nº 2. Socorro que me pongo el pelo. …
Fuera parabenos, alcoholes, perfumes,
etc.…
Ahora ya casi
todos hemos oído hablar de los parabenos. También de los colorantes, los alcoholes,
los aceites minerales, etc; que consideramos perjudiciales para nuestra salud y
que intentamos evitar en los productos de higiene o cosmética que compramos.
Antes de nada
hay que saber que, si bien permanecen en muchos productos, la concentración de
estas sustancias es tan baja en cosmética que su efecto sobre el organismo es
prácticamente inapreciable. De hecho, la Agencia Española del Medicamento se encarga de que ningún
producto cosmético que esté en el mercado sea nocivo para la salud.
En cualquier
caso, es interesante saber qué es cada cosa, identificarla, saber cómo funciona
y por qué debemos desecharla
Y, hoy
estamos hablando de esto aquí porque crece
la controversia acerca de
estas aplicaciones alegando efectos cancerígenos, y algunas organizaciones que se adhieren al principio de precaución se oponen a su uso cotidiano.
Os voy a mencionar algunos de los componentes negativos
que encontramos con frecuencia en nuestros productos de higiene, y belleza. De
estos hoy hablaremos de los que conciernen al cabello.
Los
parabenos, los conservantes de la cosmética
Los
parabenos y sus sales son usados
principalmente por sus propiedades
bactericidas y fungicidas, actuando de
manera efectiva como conservantes en muchos tipos de fórmulas químicas.
Son
eficaces conservantes, tienen un bajo coste, y resultan inocuos en su uso.
Por ello, son un tipo de compuesto químico utilizado habitualmente en las
industrias cosmética y farmacéutica.
Pueden ser
encontrados en champús, cremas hidratantes, geles para el afeitado, lubricantes sexuales, medicamentos tópicos y parenterales, autobronceadores y dentífricos.
Los podemos
identificar perfectamente en la etiqueta por sus nombres, generalmente en
inglés:
·
methylparaben,
·
propylparaben,
·
butylparaben
·
benzylparaben.
La
concentración habitual de estos parabenos suele ser del 0,01 al 0,3%.
En un estudio
realizado en 1984, se estableció que su uso en cosméticos no tiene riesgos
hasta en cantidades del 25%.
En 2003 la CIR reabrió el estudio para
cerciorarse de la seguridad de los parabenos para investigar su seguridad sobre
niños y mujeres, y concluyó que no había necesidad de cambiar las conclusiones
de su primer informe.
Sin embargo,
el Journal of
Applied Toxicology reveló en un estudio de 2004 que se habían detectado parabenos en
ciertos tumores mamarios. Pero lo que no llegó a confirmar es si tenía relación
en la formación del cáncer.
Fenol-Fenil,
el otro conservante
Junto con los
parabenos, el fenol-fenil es otro de los conservantes más habituales en la
cosmética. Son alcoholes derivados del benceno que podemos encontrar en las
etiquetas como:
·
phenolphthalei
·
chlorophenol.
Están
presentes en las lacas del pelo, por ejemplo. Pueden afectar al sistema
nervioso, al hígado, al corazón, al riñón y a la piel.
Los
colorantes, el tono artificial
Se utilizan
en todo tipo de productos y los podemos encontrar con distintas denominaciones
como:
·
acetanilin
·
HC orange
·
acid red
·
pigment.
El CSIC
constata que entre sus efectos nocivos puede estar la alteración del ADN o el
cáncer.
Aceites
minerales.
Sobre esto habláremos
en próximos episodios, ahora baste una breve mención.
Son derivados
del petróleo que sirven como conservantes y para aportar esa apariencia cremosa
en los cosméticos. Aportan sensación de hidratación porque cubren la piel
tapando los poros, pero la realidad es que absorben la propia humedad cutánea y
a la larga terminan resecando. La sensación de hidratación es falsa y solo
mientras tengamos el producto sobre la piel ya que además obstruyen los poros.
Pueden producir acné, alergias, sequedad e irritación.
Los podemos
encontrar en infinidad de cremas, para niños y adultos, con el nombre de:
·
mineral oil,
·
paraffinum
·
petrolatum.
Los ftalatos,
en las manicuras menos saludables
Cuando
hablamos de las manicuras ecológicas pudimos saber que esos nuevos
esmaltes verdes no tienen ftalatos. Son unos disolventes presentes también en
las lacas para el pelo y algunos desodorantes identificados con los nombres de:
·
dietihexiloftalato (DEHP),
·
dibutilftalato (DBP) o
·
butibenziftalato (BBP).
Están prohibidos en cualquier juguete o
artículo para niños. El CSIC confirma que son causantes de producir cáncer y
asma.
Sodium Lauril
Sulfate, el detergente
Las nuevas
generaciones de champús y geles ya no incluyen este ingrediente, un detergente
que se usa de manera industrial (en jabones para coches, por ejemplo). Está
presente en todos los porductos de higiene desde cremas, champús y cualquier
tipo de limpiadoras. Su efecto es acumulativo y se deposita en los tejidos del
corazón, los pulmones o los ojos. Favorece la aparición del cáncer y modifica
el ADN.
Diethnolamine,
la espuma
Esta
sustancia que se utiliza como detergente y que está en todos los productos que
producen espuma. En la etiqueta la podemos localizar con el nombre de DEA. Se
concentra en el hígado y los riñones y podría favorecer la aparición de cáncer.
Bien, en el siguiente capítulo
trataremos con más detenimiento el tema de las siliconas.
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