Hablemos de Soledad. De Soledades.



Hablemos de soledad. De soledades. 

La soledad, por lo tanto, implica la falta de contacto con otras personas. Se trata de un sentimiento  o estado subjetivo, ya que existen distintos grados o matices de soledad que pueden ser percibidos de distintas formas según la persona.
En principio, la soledad absoluta no existe. Siempre hay alguna persona con quien se mantiene una cierta cercanía, ya sea física o emocional. Más de las diferencias personales, la soledad durante periodos extendidos suele ser considerada como algo que causa dolor e insatisfacción. Por eso la gente tiende a buscar el contacto social ya sea en reuniones, paseos o salidas.
Es interesante recalcar que en diversos ámbitos de la sociedad se utiliza la soledad como mecanismo de castigo. Así, por ejemplo, los presos que llevan a cabo algún tipo de acto inadecuado en la cárcel son llevados a celdas de aislamiento para que no vuelvan a repetir acciones de esa tipología.
De la misma forma, tampoco hay que olvidar que en el ámbito psiquiátrico, concretamente en los hospitales, se tiende a recluir en habitaciones aisladas a los pacientes más violentos.
Los monjes de ciertas congregaciones deciden vivir en soledad como una forma de conectarse con su mundo interior (espiritual). Incluso hay grupos de monjes que, pese a vivir en comunidad, no mantienen ni siquiera conversaciones entre sí
La soledad sorprende a la víctima indefensa y totalmente desacostumbrada. Nadie está solo al nacer ni a medida que va creciendo. La naturaleza se encarga de que tanto en el ejercicio del sexo como en saciar el hambre, prodigar cuidados o ser sociable se garantice la reproducción y supervivencia. Si lo único que contara fuera la aversión a la amistad y la inclinación a la violencia, los soldados en la guerra se sumirían en ella con pasión.
Pero también es absurdo pensar que la soledad condena en todos los casos al ostracismo y la infelicidad.Anthony Storr el médico psiquiatra inglés, supo esbozar ese mundo con desusado dramatismo: se refería al testimonio de un prisionero.
,”¿Puede imaginar lo que implica ser prisionero para toda la vida? Los sueños se transforman en pesadillas y se descomponen los castillos que solo la imaginación sustentaba; solamente puedes imaginar fantasías y al final aborreces la realidad y prefieres vivir en el reducto contorsionado de un rincón que no es real. Se rechazan las leyes que rigen la vida ordinaria y se aceptan solo aquellas que determinan la vida aparte del resto. Pero en tu pequeño mundo no caben ni la luz ni las sombras; solo hay la oscuridad necesaria para vivir en un mundo traspuesto y fingido.”
La soledad permite saber quién es cada quien, sólo después puede tener una verdadera relación, ya que se puede interpretar la soledad de dos maneras: estar solo o sentirse solo.
Sólo en lo últimos años la soledad ha sido considerada como un problema clínico, que requiere de una terapia específica.
El tema ha cobrado enorme importancia, ya que tiene una alta incidencia, tanto en la población en general como en personas que presentan algún grado de desajuste.
Nunca se esta solo, mas que en realidad cuando, así se está.
Estar solo es un hecho común para todos. No siempre estamos acompañados. Esta experiencia de soledad se puede disfrutar mucho y suele ser muy constructiva.
Cuando se esta solo, no se puede hacer nada y sentirse bien, descansar, disfrutar de la naturaleza tomar sol, caminar, meditar o simplemente hacer lo que a cada quien le gusta sin interferencias de otras personas.
Sentirse solos es diferente, porque uno se puede sentir solo también en compañía.
El sentimiento de soledad está relacionado con el aislamiento, la noción de no formar parte de algo, la idea de no estar incluido en ningún proyecto y entender que a nadie le importamos lo suficiente como para pertenecer a su mundo.
El sentimiento de no pertenencia nos lleva a la depresión, cuando además nos sentimos culpables de nuestra propia soledad.
Es una ilusión creer estar acompañado porque en realidad la mayoría está sola.
No muchos saben lo que es una verdadera relación y crean vínculos que no lo son.
La relación no implica tener a alguien para eventualmente apoyarse, sino por el contrario significa interesarse por el otro y comprenderlo tratando de olvidarse de uno mismo.
Solamente cuando estamos solos podemos ponernos en contacto con nosotros mismos. Esa oportunidad nos permite vernos y evaluar si realmente somos como queremos ser y si estamos haciendo lo que deseamos hacer; y si esa imagen no estuviera de acuerdo con nuestras expectativas, es el momento de preguntarnos, que es lo que estamos haciendo ahora para lograrlo.
Estudios revelan que la soledad puede acortar significativamente la vida. E impacta en la salud. Los mayores de 60 años que viven o se sienten solos tienen dos veces más riesgo de morir que quienes están acompañados, la soledad puede acortar la vida significativamente.
En la investigación, que se siguió a personas mayores de 60 años, se encontró que quienes vivían o se sentían solos tuvieron casi dos veces más riesgo de morir que los acompañados.
Analizando la soledad que siente un paciente puede ayudar a los médicos a identificar a aquéllos que tienen más riesgo de morir. La investigación se centro específicamente en la soledad que sentían o experimentaban los participantes y el impacto que ésta tenía en su vida.
Los resultados, al final de los seis años de estudio, mostraron que los que se sentían o vivían solos tuvieron 59% más riesgo de haber tenido un deterioro en la salud y 45% más riesgo de haber muerto. Acompañado, pero solo
Pero lo que mas sorprendió fue el alto número de personas que, a pesar de vivir acompañadas, se sentían solas.
Los datos mostraron que 43% de los participantes se sentían solos y sin embargo, sólo 18% vivían solos.
La soledad en un paciente mayor tiene un impacto mucho más grave de lo que se piensa. A menudo la gente piensa que la soledad es un producto de las relaciones sociales de una persona, de cuántas personas están a tu alrededor'
'Pero el estudio observó un nivel más básico, el nivel social'.
Y se vio que al sentirse solo un individuo está menos involucrado con su ambiente y por lo tanto tiene menos probabilidades de involucrarse con su cuidado personal.
Ya que se espera que la población en todo el mundo continúe envejeciendo y que el número de personas mayores se incremente drásticamente, siendo necesario encontrar mejores estrategias para ayudar a estos individuos a tener una mejor calidad de vida.
Investigar las enfermedades crónicas de estos individuos no es suficiente. Hay muchas más cosas en los asilos de ancianos y en sus comunidades que están afectando su salud. Si no investigamos estos factores estaremos pasando por alto un factor de riesgo muy importante'.
Tres características definen la soledad: es el resultado de relaciones sociales deficientes, constituye una experiencia subjetiva ya que uno puede estar solo sin sentirse solo o sentirse solo cuando se halla en grupo; y, por último, resulta desagradable y puede llegar a generar angustia.
La soledad, salvo excepciones, es una experiencia indeseada similar a la depresión y la ansiedad. Es distinta del aislamiento social, y refleja una percepción del individuo respecto a su red de relaciones sociales, bien porque esta red es escasa o porque la relación es insatisfactoria o demasiado superficial. Se distingue dos tipos de soledad: la emocional, o ausencia de una relación intensa con otra persona que nos produzca satisfacción y seguridad, y la social, que supone la no pertenencia a un grupo que ayude al individuo a compartir intereses y preocupaciones. Parece, por otro lado, que la soledad está relacionada con la capacidad de las personas para manifestar sus sentimientos y opiniones.
Hay dos tipos de soledad: la personal (ausencia de una relación íntima con alguien) y la social (carencia de amistades)
Cuando nuestra habilidad para relacionarnos es deficiente, aumenta la probabilidad de que nos quedemos solos ya que las relaciones que mantenemos son menos entusiastas y empáticas. En general, las personas con problemas de neurosis se muestran convencidas de que no resultan amables ni dignas de ser apreciadas, y rechazan cualquier tipo de amigos potenciales con el objetivo de protegerse a sí mismos del posible rechazo. La soledad esta muy relacionada con la pérdida de relaciones con ese conjunto de personas significativas en la vida del individuo y con las que se interactúa de forma regular. La definición más común de soledad es la de carencia de compañía y que se tiende a vincularla con estados de tristeza, desamor y negatividad, obviando los beneficios que una soledad ocasional y deseada puede reportar.

LA AUSENCIA DE UN SER QUERIDO

Cuando (por separación en la pareja, fallecimiento de un ser querido u otra causa) desaparece de nuestra vida alguien a quien hemos amado o que ocupaba un espacio estelar en nuestra cotidianeidad, nos invade una particular sensación de soledad, un vacío, una nada enmudecida que nos sume en la tristeza y la desesperanza. Hemos de sobrellevar la dolorosa percepción de orfandad, de ausencia de una persona insustituible. Nos vemos perdidos y sin referencias en las que antes nos apoyábamos para afrontar la vida.
La pérdida es irreemplazable pero no debe ser irreparable.

LA SOLEDAD SOCIAL

La de quien apenas habla más que con su familia, sus compañeros de trabajo y sus vecinos es una soledad muy común en este mundo nuestro. Nos sentimos incapaces de contactar con un mínimo de confianza con quienes nos rodean, tememos miedo que nos hagan o nos rechacen, vivimos el vacío que nosotros mismos creamos y que justificamos con planteamientos como "no me entienden", "la gente sólo quiere hacerte daño", "para lo único que les interesas es para sacarte algo", "cada vez que confías en alguien, te llevas una puñalada". Si la soledad es deseada nada hay que objetar, aunque la situación entraña peligro: el ser humano es social por naturaleza y una red de amigos con la que compartir aficiones, preocupaciones y anhelos es un cimiento difícilmente sustituible para asentar una vida feliz.
Esa soledad no deseada puede convertirse en angustia, si bien algunos se acostumbran a vivir solos. Se revestirá esta actitud de una apariencia de fortaleza, autosuficiencia, agresividad o timidez. Y todo, para esconder la inseguridad y el miedo a que no se nos quiera o no se nos respete.
Hay también otras soledades indeseadas, como esas a las que se ven abocadas personas mayores, amas de casa, o quienes muestran una orientación sexual no convencional, o quienes sufren ciertas enfermedades, incapacidades físicas o psicológicas o imperfecciones estéticas.

UN ESTADO TRANSITORIO. NADA MÁS

La soledad es una situación que hemos de aspirar a convertir en transitoria y que conviene percibir como no forzosamente traumática..

COMO VENCER LA SOLEDAD NO DESEADA: PASOS UTILES

 qué tipo de soledad es la que estamos sufriendo y a Qué circunstancias se debe.
 Conocernos bien. Dejemos a un lado el miedo a mirar dentro de Nosotros, y afrontemos la necesidad de saber cómo somos: Nuestras ilusiones y ambiciones, limitaciones y miedos, quién Quiero ser, cómo me ven, cómo me veo...
 Fuera la timidez. Tomemos la iniciativa para conseguir nuevas relaciones. Establezcamos qué personas nos interesan, y elaboremos una estrategia para contactar con ellas.
No hay nada que perder. El miedo al rechazo es un freno para entablar nuevas amistades o amores. El objetivo es importante, no nos andemos con remilgos.
Sin victimismos. El mundo resulta en ocasiones cruel, vulgar y materialista, de acuerdo. Pero seguro que hay otras personas que pueden estar deseando conocer a alguien como nosotros.
Encerrarnos en nosotros mismos es reconocer la derrota. A la mayoría la soledad nos hace daño, y nos sienta mejor tener con quién hablar, intimar y a quién querer.
No somos tan raros como a veces pensamos. No hay más que hablar en profundidad y confianza con cualquier persona para comprobarlo. Podemos "llenar" a más gente de la que creemos y nos pueden resultar atractivas muchas personas que tenemos muy cerca.
Animarnos a buscar relaciones


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